Las nueces contienen ácidos grasos omega 3 y omega 6, que estimulan el funcionamiento del sistema nervioso y son esenciales para la actividad de las neuronas. Por tanto, son un alimento que ayuda a mejorar el rendimiento del cerebro, la capacidad de aprendizaje y la concentración. La nuez también contiene ácido fólico, que contribuye a tener una buena memoria y prevenir enfermedades.
Ricas en vitaminas, minerales y grasas insaturadas, con grandes efectos antioxidantes y antiinflamatorios ayudan en la prevención de enfermedades del corazón. Un consumo moderado de nueces diario podría reducir el riesgo de enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Además tienen un alto contenido de fibra que favorecen a la digestión y evitan el estreñimiento.
Son un tremendo alimento que contribuye en regular el colesterol, disminuir los triglicéridos y controlar la caída del cabello. También mejoran el estado de la piel, luchando contra el acné, equilibrando la grasa, favoreciendo la reducción de las arrugas y el rejuvenecimiento gracias a su efecto antioxidante celular. Además, estos frutos secos previenen la osteoporosis, ya que poseen cobre, calcio y magnesio, recomendados para una buena salud en los huesos.
Siempre es recomendable comerlas en pequeñas cantidades, por norma general con un “puñado al día” es suficiente para obtener todos sus beneficios.
En Ayuno comer frutos secos como nueces, almendras, avellanas, puede contribuir a mejorar el funcionamiento del sistema digestivo, y contribuye a normalizar la acidez de los jugos gástricos.
Y por la noche?... bueno las nueces tienen pequeñas cantidades de melatonina, que es una hormona que regula el sueño por las noches y refuerza el sistema inmune. Además, contienen triptófano, un aminoácido que tu cuerpo necesita para fabricar serotonina, sustancia relacionada con el estado de ánimo y el control del estrés. Por tanto, consumir nueces en la cena favorece la relajación y te puede ayudar a dormir antes y mejor.